domingo, 16 de agosto de 2009

Viajando a la blanquilla

Para el fin de semana largo, el del 24 de julio, decidimos una parte de LUFEVIAR y “Solo entre Amigos” en irnos en un velero a disfrutar de la bellísima “Isla La Blanquilla”. Nuestros amigos Pedro Vivas y su Hermano Enrique “Kike” Vivas habían viajado meses atrás en el mismo velero el “PERLA NEGRA” hacia las isla granadinas, viaje que por los graciosos cuentos, los impresionantes paisajes y las exóticas comidas, según los propios relatos de los VIVAS, nos motivaron a planificar la travesía hacia la Isla mas Nor-Oriental de Venezuela.
A las cinco de la tarde, por culpa del siempre tempranero de Pedro, quien marco la hora de reunión en Juan Griego, punto de partida de nuestro viaje…y como la salida estaba pautada para las 9 pm decidimos ir a comer al Caney de Moncho un restaurante de carne en vara, ubicado en las afueras de la ciudad crepuscular… ¡buenísimo !!!.
Partimos a las nueve de la noche, sin mayores contratiempos, emocionados por ser la primera vez de un viaje en velero (sin contar los de Mochima). No llevábamos 20 minutos de viaje y esa vaina empezó a moverse como una lavadora desnivelada, Jaky se mareo y yo en el afán de curarle el mareo, hasta llame a una farmaceuta, mi tía Chela, para estar seguro que el remedio que le daríamos no tuviese AINES (anti- inflamatorio no esteroideos, para los incultos) y sas! Mareado yo también… pase todo el viaje, (9 horas) interminables, acostado en un camarote con un calor de infierno y un ruido ladilla producido por un ventilador barato de plástico que pegaban sus aspas… Pedro Vivas parecía un porfiado, cada ves que lo veía estaba parándose del piso o porque se había caído por las escaleras y/o del catre por el meneo del barco. Kike estaba mas pálido que una hoja de papel y sin embargo las mujeres contaban estrella y no dejaban de buscar las fugases para pedir sus deseos…
6:00 a.m. Al fin llegamos, todos maltrechos por tan terrible noche, pero al llegar el amanecer y alumbrar la isla se empezaron a ver los paradisíacos paisajes del lugar. Desayunamos tardísimo, casi 10 am, para después tratar de armar un campamento en la Isla de manera de tener un area de bebezón las 24 horas del día. Ni mencionare lo frustrante que fue armar ese campamento, que daba pena, con solo un rollo de macatillo y la navaja de Mackiver. Toldos incompletos, carpas chinvas, sin sillas suficientes, etc… Salimos a recorrer la isla y como dicen los cubanos “…cosa mas grande…” una belleza inigualable, que puedes apreciar las fotos en mi face book, tres días de hermosas playas y lugares fueron destruidos por lo que a mi manera de ver, sucede cuando uno quiere cocinar un conejo y no sabe cuales son los ingredientes que hay que echarle.. El Perla Negra era el conejo, pero con perdón de Iñaki, Sandrita y Basilio están un poco desorganizados, Iñaki porque debe inspirar confianza al vender el velero y mas cuando se trata de primerizos, debe ser claro con respecto al viaje, no dar la impresión de cómo vaya viniendo vamos resolviendo, debe preparar mas su hermoso velero, con mas comodidades, aire acondicionado por ejemplo o por lo menos cambiar los ventiladores, sillas para la playa, toldos buenos y completos, cavas con suficiente hielo, hielo, mas hielo…que sobre hielo; Sandra no la mía, Sandrita Pajarito, debería indicar los menús, cero sorpresas, variados, abundantes, servirlos a las horas adecuadas, que por pena el viajero no dice nada pero lo lleva por dentro, el costo valor de este viaje no los represento o por lo menos no fue lo que me vendieron mis amigos los Vivas de lo que habían comido y experimentado en su viaje anterior…Basilio; me quito el sombrero, sabe lo que hace, pero debe exigirle a su Capitán que el barco zarpe con todo en regla, con repuestos suficientes, linternas, líneas de vida y salvavidas y por favor con la radio encendida… de lo contrario no deberían ZARPAR… lo que debería ser un viaje de placer, relax y antiestrés, termino siendo para mi lo contrario…imagínense que llevamos 9 botellas del conocido “de los buenos el mejor…” y disfrutamos tan poco que nos trajimos 7 botellas de vuelta.
Para mí el Perla Negra es la gallinita de los huevos de oro y no deben acabar con ella….en escala del uno al diez la Blanquilla se lleva un 11, el Perla Negra un 5, la travesía un 2, y la compañía como siempre no tuvo precio…. Regrese a casa el domingo creyendo que había perdido todo lo gastado en el velero, horas de sueño, hasta perdí mi aparatito anti-ronquidos, pero me di cuenta al día siguiente de lo grande que es Dios y nuestra Virgen del Valle… gracias una vez mas… Mientras nosotros navegábamos esos tres días, las hijas de nuestro siempre y recordado amigo Daniel Figueroa se perdían y ¡en el mismo mar!!! …¡DIOS ten piedad!!!
P.D.: El Mar es mucha agua para un hombre… hay que tenerle respeto